martes, 23 de febrero de 2010

Estados de ánimo


No es la primera vez que acabo los exámenes y digo: "tampoco fue para tanto"; pero recordar a mi amiga Tina en un estado semi-psicótico, alternando entre los diversos estados del alma en cuestión de segundos, me recuerda que realmente no fue nada agradable. Esta mañana hablábamos de estar exasperado, o estarlo desesperado. Sin mirar en el diccionario, y con todo riesgo de arrearle una hostia, hemos concluido que la primera se refería a una situación momentánea, mientras que la segunda, hacía referencia a un colapso total... sin duda, ella estuvo muy desesperada durante todo este tiempo, pero aún a riesgo de que pueda arrearme un guantazo, tengo que decir que los males contextualizados, son como las penas con pan, tienen un principio, y un final, lo que significa que tienen un fácil remedio: esperar a que pasen o reubicarte. Otra cosa muy distinta es que las penas no acaben nunca, y quizás lo peor de todo esto es que seamos nosotros quienes estemos buscándolas continuamente. Pues quizás, tanto lo "bueno", como lo "malo" sean simplemente las respuestas a la óptica que utilicemos para su visualización. Sigo pensando que irse de viaje, o pillarse unas vacaciones está muy bien, pero esta mañana le decía a mi amiga Tina, que lo peor es que al final, de lo que más tratas de descansar, se irá contigo: tú mismo.

1 comentario:

  1. Por eso es tan importante irse de vacaciones y "desconectar". Es importante que nos escuchemos a nosotros mismos para poder enterdernos y de esa manera, soportarnos. y para realizar esta compleja labor es necesario cierto nivel de "aislamiento".

    ResponderEliminar